Sara Lando ha desarrollado un talento para compensar ups fotográficamente la vida y bajos. De hecho, el fotógrafo italiano, con sede en la región de Veneto, en Bassano del Grappa (saralando.com), comenzó su carrera en la fotografía al hacer autorretratos que reflejan en su vida. “Lo hice en privado como una forma barata de tratamiento. Era un secreto que no quería que otras personas vean “, dice ella. Hace varios años, Lando lesionado la muñeca y se le dio una arcilla medicinal para reducir la hinchazón. Dos veces al día, hizo mascarillas de barro y las aplicó a su brazo, esperar media hora para que el barro se seque y endurezca completamente. Por supuesto que la inspiró a crear un autorretrato. Ella imaginó por primera vez un tiro de todo el cuerpo, pero ella no tenía suficiente lodo, así que un tiro en la cabeza que tenía que hacer.
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Antes de disparar, Lando se dio cuenta de que la arcilla tenía un tinte verdoso ella no le importaba; además, el color de la piel expuesta con torpeza contrasta con el barro. Una imagen en negro y blanco sería la mejor manera de desarrollar plenamente el sorprendente efecto que el fotógrafo imaginado. “Yo sabía lo que quería: una expresión neutral, ojos derecho a la lente, con una decoloración gris cara contra una pared gris, y el barro agrietado y endurecido en mi cara”, dice ella. “Pero también quería tomar las fotos de la arcilla húmeda se seque. Al final, me gustó los mejores. ” En un día nublado, disparó el autorretrato en un balcón, con una pared de yeso para añadir una textura sutil a un segundo plano. Ella no tiene un trípode, por lo que sólo algunos libros apilados en una silla y puso su Canon EOS 40D con un objetivo EF 50mm f/1.4 en la parte superior. Con el sol cubierta de nubes detrás de ella, Lando coloca la tela en la parte posterior del la silla como un rebote de la tarjeta. “El catchlight es raro. Desde muy cerca, se puede ver la silla, tela y correa de la cámara que colgaba de la silla. ” El fotógrafo expuesta y enfocada de forma manual, haciendo pequeños ajustes a lo largo del camino. Después de 28 marcos, el barro comenzó a caer y ella sabía que era hora de parar. “Muchas personas han comentado en el hecho de que hay una especie de tristeza en la película”, dice Lando. “De hecho, mi conejo, que había sido mi mascota durante 11 años, acababa de morir. Así que, sí, hay una tristeza, supongo. Como ya he dicho, me tomo fotos como una forma de terapia “.
