Hoy nos subimos al primer eléctrico de Mazda dispuestos a abordar una ruta por el centro de Madrid. Un Madrid que sigue despertando del obligado letargo de la pandemia, y que a primeros de julio está a rebosar de obras, camiones, furgonetas de reparto y una temperatura exterior alta (relevante para el rendimiento de la batería).
De primeras el puesto de conducción, como ya hemos adelantado, es envolvente. Sorprende por los acabados en corcho y por un material a base de fibras recicladas en las puertas nada familiar pero agradable al tacto.
La entrada a las plazas delanteras es cómoda (no tanto en las trasera por la marcada línea coupé) y la postura de conducción confortable; es fácil encontrar tu posición. La habitabilidad es buena en la parte delantera y correcta en la trasera para una persona de estatura media.
Los asientos hacen su función, recogiendo bien el cuerpo y los lumbares.
El MX-30 es un tracción delantera con suspensión tipo MacPherson y acelera de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos. Con una velocidad máxima de 140 km/h, el MX-30 consigue transmitir esa esencia deportiva que acompaña a su denominación.
Camufla muy bien sus 1.600 kg y cumple en los compases iniciales de la marcha, aunque la entrega no es tan instantánea como te podías imaginar al principio.
En ciudad es sorprendentemente ágil, con una dirección firme sin resultar blanda. Resulta muy fácil callejear o sortear furgonetas aparcadas mágicamente en medio de un semáforo (nótese la ironía). En carretera es un coche equilibrado y muy cómodo, sin balanceo en curvas, aunque sería interesante probarlo más en profundidad fuera de su hábitat.
Uno de los aspectos mejor conseguidos es el control sonoro activo del motor, muy alejado de ese estilo ‘platillo volante’ obligado en los coches eléctricos. El e-Skyactiv emite un sonido muy natural, que emula el de un motor de combustión y que en todo momento se sincroniza con la entrega del par motor
Otra de las cosas que llaman la atención es la capacidad de retención, correcta cuando levantas el pie del acelerador pero mucho más eficiente si jugamos con las levas del volante. El MX-30 tiene cinco niveles de retención, gracias a los cuales se recupera energía, se optimiza la autonomía y se evita el uso excesivo del pedal de freno, que por cierto tiene un buen tacto.
Para mayor nivel de retención, se pulsa la leva izquierda del volante, y para menor nivel la derecha
ML