Un simple montículo de arena puede servir de referencia a los grandes buscadores de oro para localizar yacimientos. Las hormigas o las termitas excavan en terrenos australianos cubiertos por una capa de material erosionado y afloran a la superficie partículas de los materiales preciosos que se encuentran en el subsuelo.

En Australia un entomólogo, Aaron Stewart, de la CSIRO (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization), ha explicado los resultados de esta investigación y ha demostrado que los hormigueros visibles desde la superficie, pueden esconder bajo ellos yacimientos de oro o de otros materiales valiosos.

Con este descubrimiento se podría apaliar la agresividad que los mecanismos de búsqueda de yacimientos mineros provocan en nuestro medio ambiente, mediante métodos naturales, exactos, baratos e inocuos para nuestra naturaleza.