Es bastante habitual que en las noticias de la hora de comer veamos como algún ordenador con información importante en alguna parte del mundo sufre un cyber ataque. Parece una de esas cosas que no nos preocupan demasiado, una de esas cosas que ocurren porque tienen que ocurrir, sin ninguna premeditación y sin ningún fundamento lógico que nos diga que estamos ante un movimiento propiciado arbitrariamente a escala global.
Podría parecer que un cyber ataque es únicamente eso, pero, en el año 2010, Richard A. Clarke, un antiguo jefe de servicios antiterroristas estadounidenses de las administraciones Clinton y W. Bush, publicó un libro titulado Cyber War en el que se identificaba esta situación como una guerra en toda regla. No es posible averiguar si estaba haciendo uso de cierto tipo de información privilegiada o si era un simple pronóstico, pero lo cierto es que desde hace unos 5 años son habituales los ataques virtuales a instituciones chinas, estadounidenses, rusas, iraníes y judías. Además existen acontecimientos como los virus globales, Wikileaks, los troyanos o las filtraciones masivas de contraseñas de grandes empresas virtuales que parecen indicar que existe una guerra encubierta.
Hace unos días las burbuja estalló con un virus llamado Flame. Este virus, según ha reseñado Douglas Rushkoff en un artículo, tiene todo el aspecto de estar diseñado por un Estado nación. Además el virus se reprodujo únicamente en Irán.
El 6 de mayo, el ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, dijo que la comunidad internacional tenía que hacerse eco de esto y que debían de adoptarse medidas. Por otra parte, Eugene Kaspersky, el director del laboratorio que destapó el virus que afectó en Irán, dijo -con un tono algo apocalíptico- que:
no es ciberguerra, esto es ciberterrorismo, y me temo que es sólo el principio del juego, me temo que esto podría ser el fin del mundo tal como lo conocemos. Estoy asustado, créanme.
Un análisis de The New York Times ha asegurado en un artículo que la guerra ha comenzado por la iniciativa estadounidense.
