Barcelona World Race

Los IMOCA Open 60 son barcos diseñados fundamentalmente para una navegación con vientos portantes

 

Los IMOCA Open 60 son barcos diseñados fundamentalmente para una navegación con vientos portantes. Elegir bien la combinación vélica puede ahorrarle a la tripulación mucho trabajo y problemas. Sobre todo porque se trata de una navegación en la que el piloto automático pierde fiabilida

 

Los IMOCA Open 60 son barcos que por diseño y por las velocidades que alcanzan, crean un viento aparente que hace que nunca sea rentable navegar en popa redonda. Además, con de viento de 20 a 30 nudos, experimentan largas planeadas sobre las olas que torna muy inestable el rumbo del barco. Por todo ello es muy frecuente por estos días escuchar a los patrones decir que pasan muchas horas a la caña, ya que en estas condiciones la fiabilidad del piloto automático es baja.

 

La imposibilidad de delegar mucho trabajo en el tercer tripulante hace imprescindible escoger una combinación vélica funcional, que pueda adaptarse con rapidez y poco esfuerzo a los cambios de dirección e intensidad de viento. La clave, entonces, es elegir correctamente la vela de proa para luego adaptar la superficie vélica total del barco al viento en base a poner y quitar rizos. La mayor es la variable más utilizada en esta ecuación. Sube el viento se toma un rizo, sube más, un segundo. Que baja el viento, se quita un rizo.

 

Ahora bien, las posibilidades en proa son muchas. Comencemos por los asimétricos, típicos para vientos de aleta. Los A2 y A3 utilizan una driza a tope de palo y valen para vientos de menos de 25 nudos. El A2 en rumbos más abiertos (unos 135º) y el A3 en ángulos más cerrados (100º). Para vientos de más de 25 nudos se suelen utilizar el A6 y el A5, en ambos casos, como van acompañados de mucho viento y utilizan una driza a 7/8 suelen requerir un rizo en la mayor, como mínimo. El A6 se usa con vientos más abiertos (unos 135º) y el A5 en ángulos más cerrados (100º).

 

Para la navegación de través las posibilidades también son varias. En principio, si los vientos son ligeros, no más de 12 nudos, el código cero (vela a tope de mástil amurada en el botalón) es el ideal. Si el viento está entre 12 y 20 nudos se suele utilizar la mayor con el solent, que se driza a 7/8 del mástil. Y si sopla de entre 20 y 30 nudos la opción es el reacher (más duro que el solent que utiliza la misma driza), que suele ir acompañado de rizos.

 

Como decíamos antes, el dilema habitual para este rompecabezas es cuándo y cómo cambiar la configuración. Ante un cambio de intensidad de viento, tomar o sacar un rizo de la mayor es menos peligroso y cansado que cambiar una vela de proa, por lo que muchas veces se decide en base a este factor. Ante un role marcado de viento, también es más sencillo cambiar de rumbo que cambiar la vela de proa. Claro que aquí, la táctica y las posibilidades de evolución del barco tienen un peso más fuerte, por lo que la balanza se equilibra

 

 

 

 

 Valientes; resistentes, tanto física como sobre todo psicológicamente; fuertes, inasequibles al desaliento o al desespero. ¿Raros, por dejar atrás familia, amigos, comodidades? Ellos se ven muy normales. Saben lo que les espera, pero quieren vivir su sueño; o repetirlo, porque hay alguno que emprende su octava vuelta al mundo. Siempre a vela y siempre en regata, porque además de una aventura, prima la competición.

 

 Apenas tres años después de la primera edición, la vuelta al mundo a dos sin escalas ni asistencia vuelve con más fuerza, más barcos, mayor participación española y nivel aún más alto.

 

La única vuelta al mundo que lleva el nombre de una ciudad vuelve con vocación de quedarse: según el calendario de la Imoca, se celebrará cada cuatro años, se alternará con la Vendée Globe empezando al final de los años pares y compartirá con esta vuelta al mundo en solitario la máxima puntuación para dirimir al campeón del mundo de la clase.

 

El Índico Sur está considerado como el más duro de todos los oéanos de una vuelta al mundo. En él se registraron la mayoría de abandonos en la primera edición de la Barcelona World Race.

 

Jean-Pierre Dick vuelve a Barcelona dispuesto a que la proa de su barco sea otra vez la primera en cruzar la línea de meta.

 

En los mares que rodean la Antártida soplan fuertes vientos casi permanentes del sector oeste que levantan grandes olas y permiten planeadas espectaculares..

La nómina de patrones extranjeros famosos se completa con los franceses Jean Le Cam y Kito de Pavant.

 


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